
El domingo, nos disponiamos a cenar
y mi hija me pidio que cambiara de canal.
Zapping mediante aterricamos en el
disney channel. Y paf! resulta
que estaba comenzando el MINICINE!
mi hija a los gritos. El castillo,
mickey y sus amigos saludando desde las ventanitas.
Y la música...esa música que la llenó
de entusiasmo a mi hija
y a mi me llenó los ojos de lágrimas.
Como en una película.
Volvía a la casa de mis viejos. A mis 9 años.
A las tardes de domingo 18 pM.
Papá trabajó hasta mis 15 en el campo.
En un campo, en otro.
Ese año, un par de meses de 1977, mitad de 1978,
durante 9 meses, vivió en Colón de Buenos Aires
(que es otro que Colón de Santa Fe, eso lo aprendí)
Trabajaba en una cabaña
(mi viejo era especialista en aves)
LE dieron una casa sobre la ruta,
que arreglamos como pudimos. Con jardín y todo.
Linda. Pero mamá no quería dejar
su casa, yo no quería dejar el colegio
y supongo que a papá le pareció bien
y allá partió, sola su alma.
Mamá y yo emprendíamos viajes de 4 hs,
con termito y revistas de isidoro o patoruzu,
sumado a un par de pico dulces,
no todos los fines de semana
sino uno por medio.
Alternabamos. VEnia el. Ibamos nosotras.
Cuando venía él,
el horario de partida era las
18 hs. Ahora que soy madre, entiendo
que era una buena forma de dejarme entretenida.
Ese domingo, creo, estoy casi segura de
que pasaban algo de los 101 dalmatas,
no se bien que. La peli no. Algun dibujito supongo.
Papá se despidió de nosotras.
Me senté a ver la tele
y empecé a llorar como loca.
Desde ya que mi mamá me siguió
y en 5 minutos mi casa era un mar de lágrimas.
En eso, oimos la puerta,
se abrió y entró mi viejo que se había olvidado
los papeles del auto.
Primero se quedó helado,
preguntaba que pasó? que pasó?
y después se rió como loco.
Me acuerdo de como nos consoló
y no puedo evitar el nudo en la garganta.
En fin, mi hija aplaudía,
yo intentaba no pestañear. MAldito Walt. Siempre me hiciste llorar.