
Llevar a mi hija al cole es un placer
pero requiere de una dosis excesiva de ingenio
Cualquier cosa, con tal de correr las zetas (las suyas y las mías)
de un plumazo.
Cierro la puerta de casa
y en el pasillo le pregunto: querés que te cuente cosas de
cuando yo era chica?
Ahi, se le iluminan los ojitos y me dice que si!
Mi cabeza va a mil y algo sale.
Un día le cuento cuando mi mamá me llevo al cole
con pantuflas y se dió cuenta en la puerta del colegio,
(yo seguía con los ojos cerrados).
Otro le cuento como conocí a C.M. mi amiga
más antigua, en el primer día de jardín.
A veces le invento cuentos, pero eso me complica
porque después quiere que se los vuelva a contar
y no me los acuerdo y si cambio algo me reta.
Hoy le conte que mi papa era agrónomo.
Que trabajaba en la chacra. Que criaba gallinas.
Y que cuando le tocaba vacunarlas ponia una chapa
formando un circulo para tirar ahi las gallinas vacunadas
(y no repetirlas, claro) y que les quemaba el piquito,
para que no se saquen los ojos
y que cuando nacían pollitos
me pasaba días enteros sentada en la cama
(el piso del gallinero) con los pollitos caminandome encima.
Creo que se murió de envidia.
Y ojo al piojo que pipu es un pollito!