
La semana pasada tuvo el cumple de F.
Le regalaron un globo rosa, como lo pidió
y al entrar a casa, por culpa
de las macetas de "la loca del 3" (sisis suena a la vecindad
del chavo) se pinchó!
Lágrimas, lagrimones, y litros de agua salada
en todas sus variantes.
Mi amiga V. la que se sienta al lado mío
que es adorable y mágica, (sí, mágica)
casualmente, tenía globos en su cartera
y me regaló uno, rosa, con orejas y carita y todo.
La cosa es que gracias a V. pude salvarle el día
a mi hija.
El sábado nos fuimos a tomar un helado
a burger y le regalaron un globo rosa,
previendo la situación, le hice una manijita con la cuerdita
y le dí unos 10 consejos
para prolongar su vida útil (no lo arrastres,
cuidado con las plantas, ojo con la bolsa de la señora! etc)
Duró 4 cuadras.
Al llegar a la avenida, un viento se lo sacó de la mano
y se lo llevo el muy hijo de puta.
LAAAAAAÁGRIMAAAAAAAS y más lágrimas.
Mi hija es llorona. Y dramática.
Es igual a mi de chiquita, bah.
Es capáz de decirte con lo ojos anegados: "mamá
es que lo extraño y no puedo vivir sin mi globo rosa"
Es más, no se si usaría esos términos para hablar de mi.
Rápido, pensemos en algo que los gritos me dejan sorda.
Y ahí nomás le dije:
-Gorda, es que los globos son independientes!
OJOS COMO PLATOS.
-queuqueuque?
Y ahí le hablé de todos los globos
que perdí en mi vida.
-nonono así no, empezá con "había una vez"
Hoy me levanté pensando en que
te voy a escribir el cuento que te conté
y le voy a pedir a papi que haga los dibujos.
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