El domingo pasado nos fuimos al tigre.
40 grados l i te r a le s
a la sombra y se nos derretían las suelas de los zapatos.
Ella quiso dar un paseo por el río
y nosotros nos dejamos..
Y allá fuimos.
Y estuvo super genial.
El ruido y el olor al río
me hicieron acordar a mi viejo joven,
esquiando o canchereando mientras manejaba
la lancha.
Teníamos una lancha a medias con mi tío J.
Una pagliettini 8 asientos, blanca con una raya turquesa,
más datos no me pidas, porque no puedo dártelos.
Un finde a la chacra un dom al tigre y así alternabamos,
hasta que no pudimos seguir manteniendo la lancha
y se la quedó mi tío.
Me encantaba ir al tigre.
Meterme en ese río espeso y oloroso
con mi salvavidas amarillo...¿cuándo fue que
me convertí en esta mujer tan asquerosa?
Si, Amiga, "¿desde cúando?" me preguntaste incrédula...no lo sé.
Porque nunca fui oooooooooooh osada, pero sí, fui bichera,
vivía embarrada, nadaba en el río de la plata,
me metía en el estanque de la quinta de al lado
y nadábamos en un agua espantosa..¡con berenjenas que
flotaban alrededor nuestro!
Tengo en mi haber más de 3.000 pollos acariciados
(sin pensar en la gripe aviar ni bañarme en alcohol en gel)
Y bebidos, unos cuantos litros de agua (de río, de estanque, de mar, de pileta)
sin pastillas de cloro...
En fin.
Juro que de haber podido,
me hubiera tirado al río.
vos no fuiste siempre asi, lo sabemos (no digamos nombres, decime ascensores, baños, decime barrios);
ResponderEliminartambien sabemos que hay otra vida y no la estamos viviendo
lo mismo es cuestion de que nos animemos, o de que nos relajemos y nos dejemos llevar