martes, 14 de diciembre de 2010

Sin palabras.

El sábado caminando por cabildo
N. como de costumbre, miraba a ambos lados,
al cielo, a la gente, a cualquier lado menos al piso.

Y con senda venda en su rodilla
(qu terminó infectada, con pervinox, antibióticos
y analgésicos + drama de proporciones en cada curación)
me preocupaba un poco su falta de atención.

Dicho y hecho,
cruzando juramento, metió el pié en un pozo (chiquito)
que yo no llegué a ver y trastabilló.
Por suerte, N. siempre, SIEMPRE camina de la mano,
a mi paso, rápido, lento, como sea,
viene a mi ritmo.

Pero esta vuelta me enojé
(lo único que faltaba era una caída sobre LA CAÍDA)
y le pegué un grito
-pero!!!! mirá por dónde caminás!!!!!! por favor!

Enojada, me echó una mirada
(de esas de rayos láser)
y me dijo:

-NO. La abuela T. camina mirando para abajo
pero yo no! yo elijo no perderme las COSAS DE LA VIDA.


Tomá.
Y dále! que yo te llevo de la mano.

2 comentarios:

  1. yo, que te llevo un poco de ventaja (en años, se entiende), te avisaria que te vayas preparando porque esto es solo una muestra gratis de como le funciona la cabeza a esa pedazo de hija que te hiciste.
    pero avisarte tampoco te serviria de mucho: no hay como atajar todo lo que se te viene.
    lo unico que podrias hacer es ir yendo a farmacity a proveerte de kleenex; te puedo asegurar que vas a pasar muchos dias llorando porque los lios y las peleas no te los quita nadie, pero tambien te va a tocar risa y mucha, mucha emocion.
    aburridos, abstenerse de criar genios.

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  2. jjajajaja vos decís? pero por qué tenemos hijas tan picudas??
    Y te digo, la culpa es mía por haber
    pedido una "igualita a Oli"
    caray.

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